El arte y la vida en cada pincelada para el museo de León Gieco

Cultura 06 de mayo de 2023 Por Las Rosas Digital
Tres artistas: Marlene Zuriaga, Lichi Urteaga y Pablo Restovich, definieron un mural fascinante en la fachada del futuro museo de León Gieco en Cañada Rosquín.
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Por Chino Zanello (En Posta Rosquín)

La fachada del Espacio-Museo de León Gieco en Cañada Rosquín se convirtió en una enorme imagen intervenida por un mural de colores. Maravillosas pinceladas en el contexto de una calle céntrica, frente a la plaza del pueblo.

Lo mirás y más sentís como León continúa insistentemente con acciones. En la mente del cantautor rosquinense siempre estuvo ir por un lugar participativo -que a futuro será habilitado- y fuertemente entusiasmante.

Es que Gieco tiene tanto por ofrecer y lo traduce en metros y metros cuadrados de historia, con un valioso contenido programático, para que la argentinidad y cada visitante lo disfrute, se inspire, se motive y se contagie con este legado maravilloso.

Lo que siempre pasa: la obra confirma como el arte tiene fuerza transformadora y es generador de belleza. También de encuentro. Porque finalmente el mural es un disparador efectivo y cerrará la propuesta de encontrarse frente al futuro museo en la plaza de Cañada.

 
Tres pinceles y destellos de emociones

Apenas aparecieron los andamios en la vereda se intercalaron comentarios, dudas y miradas. Todo indicaba que el frente sería intervenido. Se generó una enorme curiosidad por el cambio a implementar y el paisaje fue cambiando con el correr de las horas.

Al día siguiente, ya lucían naranjas, colores tierra. Después la carga de simbolismo en los trazos de la guitarra de León, un pájaro cruzando la ventana y un violeta furioso. Al pasar más días, el aguayo y la armónica. En esa calidad de trabajo, fué contundente el despliegue del trío artístico que, en esa interrelación de talento dio destellos de emociones con cada pincelada.

 
Sueño muralista

El arte les dió una valiosa oportunidad al trío de muralistas, Lichi Urteaga, Marlene Zuriaga y Pablo Rescovich.

En palabras de Marlene: «La emoción nos desbordó y la pusimos en pinceladas. Fué de una dimensión enorme el haber abrazado la historia de una persona tan valiosa en la cultura, que nos ha dado tanto y que ha hecho su camino para eso, para sacar lo que tenía, su voz, su sentir, su mensaje y entregarlo como legado»

Pero además, la pintada significó felicidad porque «León es una gran historia y surgió de esta tierra. Sentimos mucha felicidad y alegría de haber dado pinceladas para el futuro espacio» resaltó Zuriaga.

Pablo, muy firme reinvindicó en pocas palabras el sentir: «Haber compartido este trabajo es un sueño despierto».

Respetando la diversidad cultural y sin perder de vista las identidades locales, Lichi resumió a Postarosquín:  «Semejante movida representó para nosotros pintar el mural del museo. El gran valor de la obra es haberlo compartido con León y tanta gente del pueblo. Es que el museo de León dá para tanto !…Nuestro aporte fue resumir con un símbolo como es su guitarra, con el aguayo, que es el tejer el hilado; y las amalgamas que son el color de la vida de León y como parte fundamental: la armónica».

Los murales siempre reinvindican sueños y esperanzas. No dejan de constituir un valor de identidad. En ese sentido, la gran pintada genera una narración urbana que sirve de presencia, de fuerza, pero también de información para las infancias y para la sociedad toda.

Claramente Gieco, ya es un artista esencial de la cultura argentina. A vida cuenta de lo relatado, el nuevo espacio reivindica su enorme trayectoria y formará parte sustantiva del patrimonio socio-cultural de Cañada Rosquín y la provincia.

La pintura creativa de la fachada del museo, posiciona a Cañada como cuna del maestro León.

Fuente: Posta Rosquín

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