El legislador, ex Ministro de Salud, centró su crítica en que se “subsidia la demanda” y no la oferta y, al mismo tiempo, se quejó por “la falta de precisiones”, tanto en el anuncio como en la publicación posterior en el Boletín Oficial.

Según anunció Macri, el plan de salud se extendería a unos 15 millones de personas que se atienden en hospitales públicos, quienes contarán con una credencial, historia clínica unificada y acceso a descuentos en medicamentos.

“Aunque el presidente lo explicó muy mal, y se entendió cualquier cosa, esto es un seguro de salud, que la Nación ya tenía. Yo leí el Decreto de Necesidad y Urgencia publicado en el Boletín Oficial y no dice nada: no dan datos certeros, no dicen cómo va a funcionar, no dice cómo va a ser esa famosa credencial, y tampoco se explicó cómo va a ser el descuento de medicamentos en la farmacia. No dijeron qué va a pasar con Pami, que dejó de pertenecer al Ministerio de Salud y depende directamente del presidente. Lo único que uno puede rescatar es la Agencia de Evaluación de Tecnología, que evaluará si hay medicamentos que tienen que entrar al país, si hay tecnología o aparatología que tiene que entrar, si sirve y si es para todos o no”, dijo el ex ministro de Salud de la provincia.

—¿Qué le cambia al ciudadano común esta cobertura? 

—Nada. Porque el que tiene seguridad social, sigue igual. El que no tiene y es tributario del sistema público, seguirá en el sistema público. Y cuando el sistema público no le pueda dar atención, porque no tiene capacidad instalada o tecnología, se contratará al privado. Lo que nadie sabe es cómo el Estado nacional pagará esto, porque no tiene prestadores propios. Salvo los hospitales Borda y Posadas, lo demás está todo transferido a provincias y municipios. Todo lo que prometen con 8.000 millones de pesos no se puede hacer. En la provincia gastamos 3.500 millones y cerca de 1.800 millones en Rosario.

—¿Cuál es  la alternativa?

—Tiene que haber un único sistema de salud, que es por lo que venimos peleando hace más de 40 años desde el socialismo. El sistema de salud argentino está fragmentado, con distintos actores que no se juntan para las prestaciones de salud, y nosotros hablamos de integrar los servicios, algo muy distinto del seguro anunciado. Con esta medida mantienen la fragmentación y, si hilamos fino, la profundizan. Nosotros proponemos subsidiar la oferta y este seguro subsidia la demanda.

—¿Eso qué significa?

—Subsidiar la oferta es darle al ciudadano el hospital, el resonador, el tomógrafo, los medicamentos. Subsidiar la demanda es cuando el Estado dice hasta dónde van a dar. Es ahí donde empieza a crecer el sector privado.

—¿Usted ve que esto alienta el incremento de la medicina privada pagada por el Estado?

—Va a ser así en algún momento, cuando clarifiquen las cosas. Son muy pocas las obras sociales que tienen efectores propios, y contratan servicios privados. El Pami es el ejemplo más importante de contrataciones a través de capitación de servicios de salud para sus beneficiarios, porque sus dos únicos policlínicos están en Rosario y creo que el hospital Francés, en Buenos Aires. Después todo es privado.

—¿Con este anuncio se perdió la posibilidad de avanzar en un sistema único de salud?

—Sí, es un tiempo perdido. Porque tuvimos  muchas reuniones, y en la discusión académica, todo es posible, pero en la práctica nada se puede hacer sin conflicto. En salud, el mercado no es transparente, y el sector privado fue creciendo en los intersticios que fue dejando el sector público.

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