Hace 68 años: el día que Buenos Aires ardía, con 43,3° de temperatura y una trágica ola de muertes

Las olas de calor no son algo nuevo. El 29 de enero de 1957, la Ciudad de Buenos Aires vivió su jornada más sofocante en un siglo, con 43,3° de temperatura, 11 muertos confirmados y cientos de afectados por el agobio extremo.

Nacionales29 de enero de 2025Las Rosas DigitalLas Rosas Digital
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Un infierno en Buenos Aires

El 29 de enero de 1957 quedará en la historia como uno de los días más calurosos que haya sufrido la Ciudad de Buenos Aires. A las tres de la tarde, el termómetro alcanzó los 43,3°C, una cifra sin precedentes en los últimos cien años. La ola de calor resultó letal, dejando al menos once muertos confirmados por insolación, aunque algunos diarios de la época elevaron la cifra a veinte. Además, cientos de personas debieron ser atendidas en hospitales por descompensaciones.

Un contexto histórico marcado por la crisis, que tampoco son algo nuevo

En aquel momento, Argentina era gobernada por el general Pedro Eugenio Aramburu, quien había tomado el poder tras desplazar a Eduardo Lonardi en noviembre de 1955. El país transitaba una etapa de cambios políticos y económicos, con una inflación creciente que preocupaba a la CGT y un dólar en constante aumento. Mientras tanto, la población porteña se enfrentaba a un fenómeno natural implacable: el calor extremo.

Un ascenso imparable del termómetro

El calor extremo no llegó de manera sorpresiva. Días antes, la temperatura había alcanzado los 39,5° el domingo y los 39,3° el lunes. Aquella jornada del martes comenzó con 28,2° a la madrugada y, con el correr de las horas, el calor se hizo inaguantable. A las 9 de la mañana ya se registraban 33,6° y antes del mediodía la temperatura llegó a 38°.

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Caos en la ciudad y búsqueda de alivio

La ciudad entera intentó combatir el calor como pudo. Las fuentes públicas se convirtieron en improvisadas piletas, en las que los niños se refrescaban sin que nadie los detuviera. El Balneario Municipal de la Costanera Sur y la gigantesca pileta de 800 metros de largo ubicada en el actual predio del Aeroparque se llenaron de familias en busca de alivio.

El calor también generó desabastecimiento: bares y confiterías se quedaron sin gaseosas y cervezas, por lo que solo podían ofrecer café. La venta de ventiladores se disparó, pero eran un lujo que pocos podían darse. En esa época, el aire acondicionado era un privilegio reservado para contados edificios, como el emblemático Kavanagh.

Un respiro inesperado

A las tres de la tarde, el calor alcanzó su punto máximo con los temidos 43,3°. Sin embargo, poco después, un chaparrón y un cambio de vientos del sudeste trajeron un alivio inesperado, bajando la temperatura a 29,4° en cuestión de horas. Al día siguiente, el amanecer con 16° permitió a los porteños recuperar el aliento tras el sofocante infierno que habían sufrido.

El registro histórico del calor extremo en Argentina

Hasta ese momento, la temperatura más alta registrada en Argentina habían sido:

* En la localidad cordobesa de Villa María del Río Seco, donde el 2 de enero de 1920 el termómetro llegó a los 49,1°.

* En Buenos Aires, otros días de calor extremo ocurrieron
- El 31 de enero de 1935 (40,5°),
- El 18 de enero de 1943 (40,3°) y
- El 18 de diciembre de 1995 (40,5°).

Un episodio que marcó a la ciudad

El 29 de enero de 1957 quedó grabado en la memoria de los porteños como un día de sufrimiento, desesperación y luto. La falta de infraestructura para enfrentar temperaturas extremas, sumada a la crisis energética y la escasez de recursos, hizo que la ciudad colapsara ante una de las olas de calor más letales de su historia. Un recordatorio de que el clima extremo siempre ha sido un desafío para la población y que la preparación adecuada puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.

Por Adrián Pignatelli (InfoBAE - 29-01-2025)

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