El ABC del lavado de manos

Otras 02 de noviembre de 2015 Por Las Rosas Digital
El lavado de manos puede prevenir infecciones y la propagación de bacterias. Es un hábito que parece muy sencillo pero no todos conocen su importancia.
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ABC para lavar las manos

¿Cuál es la importancia del lavado de manos?
Es importante tener en cuenta que todos los seres humanos son portadores de gérmenes. El cuerpo está cubierto de bacterias que, contrariamente a lo que se puede considerar, ayudan a mantener la salud de las personas. Además de los microorganismos que suelen encontrarse en la piel, existen también gérmenes que son fáciles de recoger y trasladar que surgen del contacto con otras personas y objetos. Por este motivo, una de las maneras más efectivas de evitar la propagación de las bacterias es descontaminar las manos implementando su lavado regularmente. Se suele pensar que los microbios se propagan a través del aire, pero la realidad es que se diseminan con mayor facilidad a través del contacto con las manos. El lavado de manos contribuye a eliminar físicamente a los gérmenes por la fricción y el enjuague, por este motivo la correcta limpieza y desinfección es sumamente importante.

Según la OMS, el proceso de descontaminación se puede realizar de dos maneras. de la manera tradicional con agua y jabón, y a través de la utilización de preparados especiales a base de alcohol (en forma de soluciones, geles o espumas). Si bien estas últimas tienen advertencias, también pueden destacarse ciertas ventajas con respecto al método tradicional: se secan inmediatamente sobre la piel y tienen una acción efectiva, ya que matan más gérmenes. Pese a esto, se debe considerar que estas preparaciones a base de alcohol reducen los gérmenes pero no pueden eliminar la suciedad visible o contaminación. Por ello se recomienda utilizar sólo los geles de lavado de manos en seco, sobre las manos limpias.

¿Cuándo es necesario lavarse las manos y cuál es la manera correcta de realizar el procedimiento?
La frecuencia del lavado de manos depende exclusivamente de la identificación de la oportunidad en la cual se lo debe aplicar. Es relevante respetar la técnica adecuada, por lo cual es fundamental tomarse el tiempo necesario para que el proceso sea efectivo. Es decir, es necesario prestar atención al cuándo y el cómo. Algunas situaciones puntuales pueden ser consideradas propicias para implementar el hábito, por ejemplo:

Cuando las manos estén visiblemente sucias
Antes de las comidas
Antes de preparar los alimentos
Después de tocar carnes crudas
En caso de contacto con los fluidos corporales como la sangre, la orina o en el vómito
Después de tocar animales o mascotas
Después de sonarse la nariz o estornudar
Después de ir al baño
Al volver a casa después de haber estado en un transporte público o haber tomado contacto con dinero
En cuanto a la técnica, se recomienda higienizar todas las zonas de la mano, como por ejemplo palmas, dedos, uñas, muñecas y luego enjuagar.

¿Cómo es la mejor manera de transmitir este hábito a los más pequeños?
Dado que se trata de un hábito, es importante que se incorpore desde la infancia. Los adultos son el ejemplo más cercano para los niños, por este motivo se recomienda la implementación diaria del lavado de manos como parte de la rutina del círculo íntimo familiar. La escuela, en segunda instancia, debería insistir en la promoción del hábito ofreciendo los recursos para poder llevarlo a cabo (espacio físico, insumos, campañas educativas,) etc.

En conclusión, el lavado de manos es la medida más simple y efectiva para evitar las infecciones y la propagación de microorganismos. Es necesario conocer el correcto procedimiento, incorporar el hábito y transmitirlo a los más pequeños desde una edad temprana. 

Fuente: Salud a Diario - Asesoró: Dra. M. Celia Cuesta MNº 77875, responsable de Infectología y control de infecciones de la Clinica Zabala

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