La invasión rusa a Ucrania no sólo alteró los precios internacionales de las materias primas, también afectó negocios directos en Santa Fe. Si bien ese mercado tiene una participación menor en el total de las exportaciones provinciales, ya se paralizaron muchas tratativas y mercadería que había sido embarcada está en busca de nuevos destinos. 

“Aunque Rusia representa menos del 1% del total de exportaciones santafesinas, para algunos sectores vinculados a alimentos, la leche en polvo, granos, legumbres y maquinaria agrícola tiene una significación importante”, manifestó Germán Burcher, secretario de Comercio Exterior de Santa Fe. 

Concretamente, en 2021 la provincia concretó ventas totales a ese destino por u$s100.160.861,22 a valor FOB, subdividido de la siguiente manera: u$s14.376.882,35 por productos primarios, u$s82.005.959,13 por manufacturas de origen agro y u$s3778019,74 aquellas de origen industrial. Se trata de un lugar que ha perdido relevancia para Santa Fe, si se contempla en que 2014 le había vendido por u$s136.492.814. 

El año pasado, lo que salió desde los puertos locales con rumbo hacia los del país de Vladimir Putin y más ingresos generó fueron productos lácteos (u$s66.674.228,21), seguido por las carnes (u$s13.251.160,96), máquinas y aparatos eléctricos (u$s1.851.741,74), productos químicos y conexos (u$s1.782.028,37), siempre según datos oficiales.

 Pese a la baja en el total general comparando 2021 contra 2014, las cifras del año pasado están por encima del promedio de los últimos ocho años. De allí que en algunos rubros el conflicto bélico tuvo una fuerte repercusión. “Los contratos de equipamiento de tipo maquinaria agrícola, que ameritan negociaciones más largas, quedaron frenados”, dijo Burcher a Ecos365.  

El funcionario provincial agregó que aquellos productos que implican una dinámica de envío mensual, como es el caso de la leche en polvo, aquello que se pagó se envió, intentando ingresar a través de puertos alternativos como los de Finlandia o Lituania. “El problema está con la mercadería encargada que todavía no se había pagado, porque los rusos hoy no tienen forma de hacerlo (por las sanciones económicas) y el puerto de San Petersburgo está cerrado”, abundó. 

Es por eso que en los casos en los que la mercadería ya se encontraba embarcada, se negocia para que pueda venderse en otros mercados alternativos al ruso. “En legumbres se procede de forma similar, intentando derivar a otros destinos”, sostuvo el funcionario provincial. 

Pero más allá de complicar negocios en marcha, la guerra alteró los planes futuros. “Veníamos trabajando en conjunto con centros tecnológicos y universidades de allá para llegar con más fuerza con la siembra directa, y de hecho teníamos previsto armar una misión comercial y una feria de maquinaria agrícola, pero todo quedó postergado hasta que la situación se acomode”, cerró.

Fuente: ECOS365

También golpea a la maquinaria agrícola argentina. En estos días, los mercados son testigos de precios históricos y exorbitantes para varios commodities como ejemplo, el trigo y el petróleo. Sin embargo, otros sectores productivos también sufren el impacto de un conflicto que genera cada vez más incertidumbre. El caso de la maquinaria agrícola nacional es paradigmático. Junto con Bielorrusia y Kazajistán, las dos naciones enfrentadas se han convertido en destinos trascendentales para los equipos argentinos. 

De allí se desprende la preocupación que existe en la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (CAFMA). “La realidad marca que el impacto de la guerra es importante para nuestro sector y la situación actual definitivamente nos afectará”, reconoció el presidente de la entidad, Eduardo Borri. Al respecto, señaló que empresas santafesinas, cordobesas y bonaerenses exportan “regularmente”  a esos países. “Ya sea por el conflicto en el país de destino como el caso de Ucrania, o sea por sanciones económicas como puede recibir Rusia, cualquier situación en esos países nos genera un perjuicio notable”.

 Y reflexionó: “considero que es necesario privilegiar o poner en primer lugar las vidas humanas que se están perdiendo, pero después de una guerra o un conflicto así, la agenda de inversiones en los países protagonistas cambia, así que es realmente una incógnita saber cuánto tiempo nos llevará recomponer esta situación”.

 La vinculación con esos mercados es tan fuerte, que a fines del año pasado una delegación ucraniana visitó el INTA Marcos Juárez para fortalecer los lazos comerciales y conocer en detalle la tecnología argentina. Las puertas quedaron abiertas para este año, pero el propio Borri admitió que otra comitiva de Ucrania debió suspender una visita prevista para estos días. “Venimos trabajando para mejorar el desempeño en comercio exterior; el año pasado exportamos por 80 millones de dólares y la venta local representa alrededor de 1.600 millones de dólares”, comentó. Y se trazó un objetivo: “entendemos que la maquinaria agrícola tiene que crecer por lo menos a un 20% de las ventas que existen en el mercado local y por eso, toda acción que dilate ese crecimiento es sumamente perjudicial”.