13 de noviembre: Día Nacional contra el Grooming, los cuidados en el mundo digital
Con la pandemia creció el uso de pantallas. Para aprender, relacionarse y también para el ocio. Un escenario que también enciende alarmas frente al acoso por medios digitales. “Será penado con prisión de seis meses a cuatro años el que, por medio de comunicaciones electrónicas, telecomunicaciones o cualquier otra tecnología de transmisión de datos, contactare a una persona menor de edad, con el propósito de cometer cualquier delito contra la integridad sexual de la misma”, dice el artículo 131 del Código Penal, incorporado por el Senado de la Nación el 13 de noviembre de 2013 (ley Nº 26.904). En recuerdo de esa fecha, este sábado se conmemora el Día Nacional de la Lucha contra el Grooming.
“La vuelta a la presencialidad disparó la inquietud de las escuelas de volver a hablar del tema, en algunos casos porque quedó pendiente de antes de la pandemia, pero en otros porque están teniendo problemas con los chicos”, señala a La Capital Arístides Álvarez, docente, exdirector de escuela y presidente de la ONG “Si nos reímos nos reímos todxs”, que organiza charlas en clubes y en escuelas de Rosario y alrededores sobre bullying, grooming y la convivencia sana en los espacios de socialización.
El titular de la ONG alerta que el groomer (acosador) puede ser un adulto desconocido para niñas, niños y adolescentes que adopta un perfil falso haciéndose pasar por un par, para ganar su confianza y obtener fotos y videos de contenido sexual, para satisfacer deseos personales o alimentar la industria de la pedofilia. “O pero aún —dice—, puede ser alguien conocido del entorno cercano al menor con quien existe una desigualdad de poder y de parte del menor una actitud de sumisión por admiración o por temor, pueden ser del mismo entorno familiar, un vecino, un docente, un profe del club, un religioso, un profesional de la salud, de las fuerzas de seguridad”. En cualquiera de los casos, el groomer comete un abuso “que puede traer serios trastornos psicológicos al menor, o peor aún de haber contacto físico puede terminar en violencia física, abuso sexual, violación, secuestro para trata, en homicidio o en suicidio de los menores afectados”.
“Notamos mucho interés en los chicos con estos temas y sobre todo el debate sobre las redes y los videojuegos, donde muchos no están conscientes de los peligros que puede haber”, dice Arístides. Por eso invita a las y los docentes a interiorizarse en estas herramientas —como TikTok—, conocerlas e incluso incorporarlas a las clases.
Cifras del ciberacoso
El educador advierte que en este tiempo niñas, niños y adolescentes estuvieron expuestos mucho más que antes a las pantallas, ya sea por la permisividad de los adultos para que usen la tecnología o por la necesidad de las escuelas de mantener el vínculo pedagógico, pero que en paralelo “esto incrementó el riesgo y la posibilidad de que sean acosados”.
Desde esta ONG advierten que, tras casi dos años de pandemia, el uso de las tecnologías se vio incrementado exponencialmente desde internet, redes sociales, servicios de mensajería o videojuegos. “Pero con ello —apuntan— también se incrementó el ciberacoso y el grooming, con estadísticas y números todavía difíciles de imaginar”.
En este sentido, Álvarez dice que si bien desde hace ocho años existe una ley contra el grooming, los episodios se han ido multiplicando hasta el peor de los finales. Y recuerda el caso de Micaela Ortega, una nena de 12 años asesinada en el 2016 por Jonathan Luna, un hombre de 27 años que la contactó y engañó por Facebook. “La ley no es suficiente porque se aplica cuando el delito ya está consumado, cuando el daño ya está causado y es muy difícil de reparar”, dice el docente.
A fines del año pasado se publicó en el Boletín Oficial la ley 27. 590 “Mica Ortega”, que crea el Programa Nacional de Prevención y Concientización del Grooming o Ciberacoso contra Niñas, Niños y Adolescentes, cuyo objetivo es prevenir, sensibilizar y generar conciencia en la población sobre la problemática a través del uso responsable de las tecnologías de la información y la comunicación (TICs) y de la capacitación de la comunidad educativa.
“La vuelta a la presencialidad en este final de ciclo lectivo 2021 está evidenciando la importancia de abordar este tema en las escuelas y clubes, el gran desconocimiento y falta de información que hay en muchas comunidades educativas y deportivas, además de la falta de políticas públicas suficientes para abordar la temática en forma integral. Nuestra ONG trabaja en la prevención, pero lamentablemente no alcanza, los casos se siguen sucediendo y con graves consecuencias para las víctimas”, dice.
Álvarez advierte que Santa Fe aún no adhirió a esta ley nacional, cuyo proyecto está en el Senado sin haberse tratado. También recuerda que desde la ONG abogan por que se conforme en la provincia un Observatorio de Grooming. “Hace falta tener esos datos para saber si los casos crecieron, en qué porcentajes y los rangos de edades de la víctimas y lo acosadores. No se toma conciencia que el grooming puede ser la antesala a otros delitos más graves”, apunta.
“La mejor herramienta contra el grooming es un diálogo fluido con nuestros niños y adolescentes que genere la confianza para que ellos no se vean engañados o sean capaces de contarnos si alguien los acosa”, agrega el docente.
Fuente: La Capital