Índice de confianza. Cómo medir en medio de la incertidumbre

Opinión 17 de marzo de 2020 Por Las Rosas Digital
Opinión - Por Marianela De Emilio (Ing. Agr. Msc. Agronegocios)
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Desde hace algo más de dos semanas, tomo especial relevancia el famoso índice VIX, llamado vulgarmente el “índice del miedo”, dado que representa la medida de variación que el mercado proyecta sobre el índice SyP 500, este último incluye a las 500 empresas más poderosas de Estados Unidos, por ejemplo, IBM, Harley Davidson, CME group, Facebook, etc. Es decir que, si algo amenaza a la economía estadounidense, se reflejará en bajas del índice SyP 500, y según el grado de amenaza, se verá reflejado en subas del índice VIX.

En los gráficos podemos ver como en el momento en que el índice SyP 500 se desploma desde fines de febrero hasta ahora, el VIX escala a la suba, mostrando en su alza, el mayor grado de variación esperada para el SyP 500. En su máximo valor de los últimos días, el VIX alcanzó a proyectar una variación mayor al 60% en los valores del SyP 500, rangos de variación que no se veían desde la crisis de las hipotecas subprime en 2008, cuando llegó a 70 puntos, siendo lo normal para este índice VIX que no supere los 20 puntos.

VIX
Se entiende entonces porque se llama índice del miedo, dado que representa el temor de variaciones del mercado, que lleven a una parte de los inversores a perder enormes cantidades de dinero.

Sabemos que, todos estos movimientos económicos tienen como principal condimento la declaración del Corona Virus como Pandemia de parte de la Organización Mundial de la Salud, al tiempo que aparecían nuevos brotes de contagio de este virus en todo el mundo. También sabemos que esta crisis sanitaria, trae consigo una crisis de logística, abastecimiento y actividad económica, al enfocarse en disminuir al máximo el traslado de personas, para minimizar los riesgos de contagio y expansión del virus.

Veamos entonces, que ocurre en el mercado de materias primas agrícolas de Chicago y Rosario para soja, trigo y maíz, comparando la fluctuación de precios del 2019, con la actual por efecto del Corona virus. Vale aclarar que las fluctuaciones fueron medidas sencillamente como porcentaje de variación entre precio máximo y mínimo, no se usó la metodología de volatilidad.
Chicago y Rosario
Puede decirse, por ejemplo, que mientras las fluctuaciones del precio de la soja tuvieron en 2019 un recorrido de U$S 60/TN, la mayor parte del tiempo fluctuó dentro de un rango de U$S 40/TN, valor que representa un 13% del precio, mientras que, en el período en que las Bolsas del mundo se cayeron, tiñéndose de rojo, la soja tuvo una caída del 10% del precio. Mismo razonamiento podemos hacer para maíz y trigo, cuyas variaciones fueron importantes, pero menores a las ocurridas durante el 2019, en plena guerra comercial entre China y USA, y con problemas productivos en Estados Unidos.

A nivel local, vemos que el precio disponible de soja 2019, tuvo máximos de U$S 259 y mínimos de 209/TN, una variación del 24%, mientras el rango entre U$S 220 y 250/TN fue dentro del que se movieron los precios durante el año, mientras la caída desde fines de febrero hasta ahora fue del 13% del precio, tocando mínimos de U$S 219/TN.

Ahora bien ¿para qué nos sirve conocer las variaciones de precios de los granos en la toma de decisiones? Considerando que las mayores fluctuaciones de precios se dan en períodos cortos de tiempo, el peor escenario es aquel que nos posiciona en un momento de grandes fluctuaciones a la baja, en coincidencia con el momento en el que hay que salir a vender nuestra mercadería para cumplir obligaciones.

Es aquí donde es necesario: 

* Conocer los rangos de variación de precios del mercado.

* Conocer los precios mínimos que podemos soportar a la hora de vender.

* Conocer que proporciones de la mercadería vieja, soja y maíz 18/19 y trigo 19/20, ya está vendida con precio.

*  Conocer qué proporción de la mercadería nueva está comprometida a entregar con precio.

* Cuál es la proporción necesaria de vender para cumplir compromisos de pagos a cosecha.

Todo esto debe usarse como herramienta para bajar el miedo a lo peor, y elevar la confianza en la gestión de las decisiones comerciales, determinando qué tan necesario se hace tomar decisiones de venta y/o cobertura de precios futuras, que tan necesario se hace vender a precios mínimos, a pérdida tal vez, conociendo que parte de las ventas a realizar no están cubiertas, y los mínimos de hoy, podrían ser mejores que los mínimos a plena cosecha. 

Conclusiones: Si vemos el índice del miedo, está comenzando a bajar, y el índice SyP 500 comenzó a recuperarse. Posiblemente, noticias de una evolución positiva en el control sobre el coronavirus, traerá mejoras en la economía mundial, iniciando por señales en verde de las bolsas de valores del mundo, y esto dará oportunidad de mejorar los rangos de precios mostrados. No sabemos a ciencia cierta cuanto tiempo tomará, China da señales de alivio y es un gran paso, pero la cosecha argentina avanza y las decisiones apremian.

Así como el índice del miedo se usa para medir cuán grande puede ser la fluctuación de valores de empresas que sostienen la economía de un país, conocer los rangos de precios de los granos, máximos y mínimos, y manejar las herramientas comerciales para cubrir valor, nos permite gestionar un índice de confianza, a través de la planificación comercial, que minimice el perjuicio de tomar malas decisiones en medio de un escenario apocalíptico.

Marianela De Emilio
Ing. Agr. Msc. Agronegocios
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