Tercera derrota en cuatro partidos del celeste. Previo al torneo la incertidumbre de no saber con qué iba a encontrarse hacía pensar una competencia muy dura. Los primeros tres juegos, dos derrotas y una victoria, marcaron que más allá de enfrentarse a rivales superiores, todos tenían puntos débiles que hacían a los partidos "ganables", alimentando ilusiones superiores a las posibilidades. El 66-85 del último viernes ante Huracán de San Javier permitirá conocer la realidad y actuar en consecuencia para que derrotas como estas no calen hondo en la moral del equipo.

Seis minutos duró la paridad; desde ahí hasta la mitad del último parcial cuando ambos entrenadores pusieron a jugar la banca, fue un festival del verde dirigido por Oscar Acosta. En su media cancha el celeste no pudo defender el aro, la marca personal ni la zona ayudaron a que la visita pierda goleo.

En ataque, Almafuerte chocó contra un equipo muy físico, principalmente en los marcajes uno contra uno, utilizando con firmeza antebrazos y manos. De frente al tablero nunca pudo romper; algunas opciones llegaron con sus internos de espalda, sin que sea una opción permanente.

Esa combinación abrumó al conjunto de Raúl Serra quien buscó variantes en el primer tiempo dando minutos a los suplentes, pero cada jugador que ingresaba no cambiaba la suerte de su titular. Mientras tanto, la permanente rotación de nombres en Huracán le permitía no perder intensidad, llegando a estirar la ventaja a diez puntos cumplidos los 20 minutos de juego.

El goleo repartido de los sanjavierinos, Melián (14), Spicchiali (12), Borda (18), Spector (14), Pastori (9) y Villalba (12); similitud con los rebotes y altos porcentajes de tiros son la síntesis de un equipo completo, bien dirigido desde la banco por Acosta, que por sus decisiones logra no caer en lagunas o situaciones de relaje, destacándose la férrea defensa y la movilidad en ataque donde la opción principal siempre es un pase más para un compañero mejor ubicado.

Por el lado del celeste se deberá trabajar en varios puntos. Joaquín Valinotti, el único que aporta rebeldía, requiere de más minutos, por lo que la ventaja que pueda dar en defensa por edad y físico, deberá ser compensada con marcaciones zonales o ayudas más aceitadas. Se necesita de un Gastón Cornalis más participativo, similar al tercer cuarto cuando tomó decisiones de tiro. El "Melli" Rodríguez ha demostrado que puede adueñarse de su tablero y ganar en el aro rival, para ello requiere de opciones de descargas cuando doblan su defensa. José Dalmasso confirmó que por acciones colectivas y también por arrestos individuales tiene goleo y poder rebotero, que llegué con más aire a los últimos cuartos dependerá exclusivamente de que su aporte sea por movimientos coordinados.

El nivel de Juan Ignacio Pascual obedece exclusivamente a como sea su ingreso, donde como primera opción se le pide acelerar el ritmo. De su tranquilidad en velocidad, o bien de meterse en juego con dos o tres ataques estacionados, podría asegurar un rendimiento más parejo. La situación de Maximiliano Celotti y Santiago Mazzoni es netamente de confianza, por lo que en ellos se debe trabajar en quitarle presión durante la semana.

Luciano Valinotti, base titular, muestra a lo largo de la temporada números más bajos en asistencias que rebotes; su excesiva preocupación por el tablero propio no le está permitiendo correr la contra como se pretende. Se sabe también que sus pases gol aumentarán a medida que los porcentajes de lanzamientos del equipo mejoren.

A Federico Perassi se lo nota ausente en varios pasajes; quizás su rol de sexto hombre con presencia en los minutos finales perjudique su nivel. Titularizando o no, el capitán deberá mejorar cuando recupere juegos perdidos por su parate de principio de año.